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Dismotilidad gastrointestinal

$290.00

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ISBN: 978-968-7620-62-6, 1a. Edición, 2009
142 páginas, 15.5 x 22.5 cm, Enc. rústica
23 figuras, 19 cuadros, Índice alfabético

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Description

Presentación

Los trastornos de la motilidad gastrointestinal han cobrado gran importancia debido a un mayor conocimiento de los mismos y a las nuevas clasificaciones que estableció la reunión de consenso de Roma llevada a cabo en 1999, conocida como Criterios de Roma. Los Criterios de Roma III se establecieron en el año 2006.

Los trastornos motores de dicho grupo afectan la calidad de vida de los pacientes, pueden dañar cualquier segmento del aparato digestivo y se caracterizan por ser funcionales y de difícil manejo, lo cual origina situaciones complicadas en la relación médico–paciente.

El concepto de tubo digestivo ha sido ampliamente superado a la luz del conocimiento de un “cerebro intestinal”. Es un complejo sistema neuroendocrino que posee neuronas aferentes y eferentes, neurotransmisores presinápticos y postsinápticos, y excitadores e inhibidores de acción rápida o lenta que condicionan estas respuestas. El mediador bioquímico más importante implicado en la fisiopatología de la dismotilidad es la serotonina, que se localiza en 95% en el aparato digestivo. También es muy importante la acción colinérgica en la fisiopatología, porque favorece la irritabilidad del mecanismo neuromuscular del intestino.

El impacto en la calidad de vida y su alta prevalencia en poblaciones económicamente activas con una repercusión económica importante le han conferido un interés particular a este grupo de padecimientos. Varios estudios han documentado el impacto del síndrome de intestino irritable (SII), por ejemplo, en la calidad de vida y el desempeño laboral. En México los doctores Schmulson y Valdovinos han informado en la Revista de Gastroenterología de México acerca de esta relación, con una disminución en la calidad de vida y en el rendimiento laboral de los pacientes.

Los estudios de Hungin y col. han documentado también la repercusión económica de estas patologías, situación que ha sido estudiada mediante el ausentismo laboral en Brasil y EUA con la observación de que los trastornos motores producen un mayor ausentismo laboral al compararlo con los grupos controles (de 1.5 a 5% vs. de 4 a 10% en SII). En este estudio los autores informan que 36% de los pacientes con SII de EUA y de 10 a 29% de los pacientes de los países europeos han perdido su trabajo en el último año por ausentismos debidos a dichos síntomas.

Es muy conveniente recordar que cerca de un tercio de las consultas del especialista se deben a trastornos funcionales digestivos y que el número de visitas promedio por paciente es de dos a tres por año.

Existen diversas situaciones que deben considerarse cuando se abordan los trastornos funcionales. Aunque la edad desempeña una función importante, en la población pediátrica son muy raros y tienen una prevalencia de hasta 10%. La mayor incidencia se observa entre los 35 y los 50 años de edad, y es muy probable que dichos trastornos estén asociados con una mayor presión laboral, poco tiempo de esparcimiento, deficientes hábitos dietéticos y relaciones interpersonales complejas.

La presencia de formas clínicas graves se asocia muchas veces con las personas jóvenes (menores de 50 años), ya que, por ejemplo, en la mujer posmenopáusica los síntomas disminuyen de intensidad.

Palsson y col. han estudiado además la relación entre la dismotilidad y el género. Al igual que otros autores, han informado que la prevalencia es mayor en el género femenino.

Un punto que debe analizarse con extremo cuidado es el abuso de procedimientos quirúrgicos en este grupo de pacientes.

Los síntomas asociados con trastornos motores son difíciles de correlacionar por los pacientes. Cuando se llevan a cabo estudios de correlación entre porcentajes de pacientes que responden en cuestionarios con síntomas evaluados por los Criterios de Roma II y se someten a un escrutinio médico, sólo un promedio de 30% tienen un trastorno motor asociado.

El grupo de pacientes con dismotilidad gastrointestinal suele tener con frecuencia alteraciones en las esferas psicológicas y sociales, que incluyen depresión, ansiedad, estrés y somatizaciones. Los síntomas se exacerban en situaciones de tensión emocional, cambios hormonales, como la menstruación, o ataques de pánico. Los estudios recientes han permitido concluir que las somatizaciones son más frecuentes en este tipo de pacientes comparados con la población general.

Contenido

  1. Dismotilidad gastrointestinal. Juan Miguel Abdo Francis
  2. Trastornos motores esofágicos. Edgardo Suárez Morán, Ivonne Cedillo Ley
  3. Pirosis funcional. Marina González, Nayeli Ortiz
  4. Gastroparesia. Óscar Teramoto Matsubara
  5. Dispepsia funcional. Juan Francisco Javier Rivera Ramos
  6. Síndrome de intestino irritable. Juan Miguel Abdo Francis, Juan Francisco Javier Rivera Ramos, Aurelio López Colombo
  7. Estreñimiento crónico. Julio César Soto Pérez
  8. Discinesia biliar. Carlos González de Cossío Corredor
  9. Disfunción autonómica: trastornos funcionales digestivos y manifestaciones neurocardiovasculares. Sergio Sobrino Cossío, Jorge Cossío ArandaÍndice alfabético

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