La imperiosa necesidad de modificar los actuales y obsoletos criterios respecto al legendario Santa Claus, que han permanecido inamovibles, comparados con la evolución de la ciencia, que ha echado por tierra dogmas religiosos, despedazado hipótesis sobre la “generación espontánea”, destruido ideas de que “la Tierra es una superficie plana sostenida por una tortuga que, a la vez, la soporta un elefante”, dejado en el olvido que los astros son deidades y, por último, sepultado los sangrientos ritos a ídolos de piedra con sacrificios humanos, ha inspirado al autor a transformarlos; asimismo, la mentalidad humana, que en el aspecto destructivo –la bomba nuclear– ha superado a la constructiva –lento avance para erradicar el cáncer–, me ha convencido de realizarlos.
Tomando en consideración los cambios que la ciencia ha hecho, sumados a las herramientas con las que hoy por hoy cuentan los niños para su educación, han servido de base para asegurar que ya es difícil engañarlos con cuentos de brujas o del diablo, porque bien saben que no existen; sin embargo, en el tema de los Reyes Magos y de Santa Claus el avance ha sido tardado, tal vez porque les conviene que sus padres piensen que sí creen en ellos, con tal de seguir obteniendo juguetes; es decir, el engaño es mutuo.
Después de realizar un censo superficial, pero efectivo, dentro de la población infantil, juvenil y adulta, acerca del sentir que tienen de Santa Claus, obtuve datos interesantes para mi proyecto: el núcleo infantil está confundido; algunos aseguran que Santa Claus sí existe, otros temen contestar y los más pillos dicen que es su papá; los juveniles fueron sinceros, aunque irónicos, con un común denominador contundente: Santa Claus es el papá, pero no hay que decírselo, para evitar reprimendas; referente a la opinión de los adultos, fue obvia; no obstante, uno de ellos dio una versión sorprendente al decir que él sí cree, porque todas las navidades siente un especial deseo de comprar juguetes y regalos a su familia… ¡como si un espíritu se hubiera introducido en su cuerpo!; pero que el tal “espíritu” lo abandona en enero cuando le llega su estado de cuenta de la “tarjeta de crédito”.
Estas respuestas se consideran de muchos quilates, porque encierran verdades indiscutibles que deben ser analizadas, actualizadas y unificadas para darle más claridad, credibilidad y realidad al tradicional tema de Santa Claus.
©2021 Editorial Alfi, S.A de C.V. Todos los derechos reservados. Diseño Web TreeStudio.
Reviews
There are no reviews yet.