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Presentación
La muerte materna es un grave problema de salud para los países en desarrollo y para los países pobres. La asociación perversa de ignorancia, pobreza extrema y falta de educación son determinantes que generan este grave problema. La mejoría de la salud materna constituye uno de los ocho objetivos de desarrollo del milenio adoptados por la comunidad internacional en el año 2000 como un problema urgente a resolver.
A nivel mundial mueren aproximadamente 1 000 mujeres cada día por falta de atención médica en el periodo prenatal y posnatal, lo que se considera como muertes evitables con políticas de salud que respondan a las necesidades de la población femenina en los países pobres, particularmente en México y en América Latina.
La Organización Mundial de la Salud define la mortalidad materna como “la muerte de una mujer durante su embarazo, parto o dentro de los 42 días después de su terminación, por cualquier causa relacionada o agravada por el embarazo, parto o puerperio o su manejo, pero no a causas accidentales”. Sin embargo, se hace la diferenciación entre muerte materna directa e indirecta, siendo la muerte materna directa el resultado de una complicación del propio embarazo, parto o su manejo, y la causa de muerte indirecta la muerte asociada al embarazo en una paciente con un problema de salud preexistente o de reciente aparición.
La OMS, en su informe de 2004 asentó que la muerte materna en el año 2000 fue de 529,000 mujeres; menos de 1% de ellas ocurrieron en los países desarrollados, siendo el riesgo de muerte materna en países en vías de desarrollo 40 veces mayor que en los desarrollados. La mayor parte de las muertes maternas no ocurren durante el parto, sino en los días subsiguientes al mismo.
La relación que existe en países desarrollados de riesgo de muerte materna es de 1 en 2 800 mujeres, pero en países en vías de desarrollo es de 1 en 61mujeres.
En Latinoamérica y el Caribe ocurren 22 000 muertes anuales, y México ocupa el octavo lugar entre los países latinoamericanos, con 1 757 muertes maternas anuales. En nuestro país, gracias al sistema de información RAMOS, se revisan cada uno de los casos de muerte materna; gracias a esto, con el sistema de Registro de Muertes Maternas (RMM), las muertes ocasionadas actualmente se han concentrado en seis entidades federativas en la República Mexicana, que son el Estado de México, Veracruz, el Distrito Federal, Chiapas, Oaxaca y Guerrero; sin embargo, el primer lugar en el número de muertes maternas es, sin lugar a dudas, el Estado de México, con 138 muertes maternas.
En 2010 murieron 287,000 mujeres durante el embarazo y el parto o después de ellos. Prácticamente todas estas muertes se produjeron en países de ingresos bajos y la mayoría de ellas podrían haberse evitado.
La mortalidad materna es un grave problema de salud pública que afecta a la mayoría de los países pobres en el mundo y tiene un gran impacto familiar, social y económico.
A nivel internacional las muertes maternas se deben aproximadamente en 8% de los casos a causas directas; de ellas las cuatro causas principales son las hemorragias intensas habitualmente puerperales, las infecciones, que son por lo común septicemias, los trastornos hipertensivos del embarazo, generalmente eclampsia, y el parto obstruido, causado por complicaciones del aborto fallido en 13% de los casos.
Entre las causas indirectas, que representan 20%, se encuentran enfermedades que complican el embarazo, como anemia, paludismo, VIH/SIDA, enfermedades cardiovasculares y cuadros de abdomen agudo, que abarcan la apendicitis aguda complicada, la colecistitis aguda y la pancreatitis aguda, que empeoran el pronóstico.
La mortalidad materna es la expresión más evidente de la inequidad y de la desigualdad a la que están sometidas las mujeres en México; refleja la injusticia social y la discriminación que afecta especialmente a las más pobres.
La OMS, la UNICEF y la FNUAP recomiendan que los principales tipos de asistencia para hacer efectiva la atención materno infantil deban incluir:
Desde la atención prenatal hasta el puerperio y el periodo posnatal deben estar a cargo de un agente sanitario calificado, preferentemente con formación de partería u obstetricia, dirigida a adolescentes y mujeres en edad de fecundación y que incluya inmunizaciones contra el tétanos, la rubéola, tratamiento de infecciones genitales, orientación para el nacimiento y preparativos para situaciones de emergencia, crianza y espaciamiento de los embarazos, lo que debe vincularse a los servicios de salud correspondientes.
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