Erotismo y pareja. Vicisitudes del deseo

Descripción

Presentación

El erotismo es una función más del cuerpo humano de la que poco hablan, en forma clara, las personas e incluso los profesionales, aun si pertenecen al sector educativo o de la salud, específicamente de la salud mental. De modo que para ser sano el erotismo no debe apartarse de dos principios fundamentales:

1. El mutuo consentimiento.
2. La superación de la autocensura, para que cada uno de ellos se acepte a sí mismo, aunque ello exija lograr el difícil equilibrio entre las inclinaciones individuales, ciertos prejuicios y atavismos sociales. Pero he aquí que al erotismo se le trata con el eufemismo social de “hacer el amor”, por su carácter sugerente e impreciso que lo omite deliberadamente como elemento de expresión asociado al acto. Asimismo, excluye la participación de los factores psíquicos del individuo que contextualizan la educación de la salud mental a nivel de la función sexual.

La palabra erotismo proviene de la unión del término griego eros (amor o deseo sexual) con el sufijo latino ismo (acción o actividad). Es también el nombre del dios griego Eros, considerado dios de la atracción sexual, del amor y la fertilidad. Este dios fue llamado Cupido en la mitología romana. El erotismo pone en evidencia que la sexualidad humana es un fenómeno complejo, conformado por un universo simbólico, afectivo, psicológico, además del meramente físico o genital, que en ocasiones, pero no necesariamente, puede tornarse psicopatológico, revelando así que la sexualidad humana cumple una función de desarrollo biopsicosocial de las personas.

El tema del erotismo ha sido abundantemente abordado en el arte y la literatura.

Sus principales características son:

1. Ser un fenómeno humano por excelencia.
2. Expresar la dimensión simbólica y afectiva de la sexualidad humana.
3. Alimentarse de la imaginación, la fantasía y la memoria.
4. Mas no necesariamente conducir a la consumación de la cópula.
5. Manifestarse de manera diferente según la cultura y la psicología de los sujetos.
6. Usar diversos elementos para la excitación como la palabra, el vestuario, la gestualidad, los aromas y/o las sensaciones, etcétera.
7. Promover el proceso de seducción.
8. Facilitar y mejorar la experiencia copulatoria e incluso
9. Fortalecer los vínculos con la pareja.

En palabras de Octavio Paz, “El sexo es la fuente primordial; en tanto, el erotismo y el amor son formas derivadas de ese instinto: cristalizaciones, sublimaciones y perversiones que transforman la sexualidad.

Mientras la sexualidad es lo mismo para hombres y animales, el erotismo emerge exclusivo del ser humano; representa su sexualidad transfigurada por la imaginación, la voluntad y el deseo. El erotismo es la poesía de la sexualidad humana, es invención y variación incesante. Se manifiesta en una infinita variedad de formas en todas las épocas y todas las tierras. Aleja la monotonía de la sexualidad animal al trascenderla y transformarla. Lo erótico es la comprensión no intelectual sino sensible de la sexualidad; el saber de los sentidos que, sin perder sus poderes, se convierten en servidores de la imaginación que nos hacen oír lo inaudito y ver lo imperceptible”…

Este libro mira de frente al erotismo: “exacerbación del deseo sexual por medio de la imaginación, fantasía o estimulación sensorial”, característicos de los seres humanos, no son explícitos como en la pornografía. ¿Qué sería del sexo sin erotismo? Este placer sin propósito reproductivo puede resultar más prolongado y preferido sobre el orgasmo, cuando éste es demasiado rápido y descontextualizado del deseo simultáneo, el cortejo, el afecto u otros elementos de la cópula.

La variedad sexual de sus 74 relatos anónimos no puede generalizarse, pero da la pauta para instruir sobre realidades disfrazadas de secrecía que limitan la salud y la educación. El léxico del texto abandona la procacidad habitual en favor de la reflexión, a diferencia de la actual información pública desinformada y prejuiciosa, cuya procedencia es dudosa, no técnica o científica que ignora, p. ej., la patología sexual (disforia genérica, parafilias, disfunciones, uso de drogas, depresión, suicidio, etc.).

Hombre y mujer son complementarios, no requieren supremacía, comparten la integración de bienestar y productividad biopsicosocial de ambos. Más allá de la experiencia sexual, la intimidad emocional es un “nosotros” que parte del conocimiento, cuidado, responsabilidad y respeto que hacen “trascender al ser humano la frontera de sí mismo y fortalecen la intimidad emocional que alienta el desarrollo de sus potencialidades”.

Contenido

Introducción

Preámbulo

1. Los “arbustos”. Curiosidad emprendedora
2. La iniciación Temor y esperanza
3. Las “peladillas”. Descubrir el autoerotismo
4. Los zapatos. Placer exhibicionista
5. La pareja. Aventura en confianza
6. El “viajero”. Parafernalia erótica
7. La petitte sensation. El clímax
8. La moto. Sexualidad furtiva
9. El desayuno. Experiencia deseada
10. El roce. Vivencia frotteur
11. “Los ocho”. Ansiedad y depresión
12. El “arte culinario”. Gusto y destreza
13. Los “visitantes”. La búsqueda del amor
14. Materia pendiente. Le temps perdu
15. Con “C” de Carla. Vivir y profesar
16. La bata y el acoso. Voyeurismo y miedo
17. El “penoso”. Virilidad e intercambio
18. Las “olas”. Inevitabilidad y goce
19. Aventura y metas personales
20. La diferencia. Adicción y conflicto
21. Demonios del sueño. El inconsciente y el deseo
22. Sueños sexuales. Manifestación erótica del dormir
23. “Las pirus”. Autoconcepto y diversidad
24. El bikini. Seducción e insatisfacción
25. El sastre. Necesidad y disposición
26. La cabaña. Reciprocidad y agradecimiento
27. Las prebendas. Intimidad y derechos laborales
28. Casa de huéspedes. Erotismo, visitas y discreción
29. El dentista. Cercanía e intercambio
30. La ambidiestra. Culto a la dualidad
31. Los primos. Actualización sexual
32. La tanga. Erotismo femenino
33. Transexualidad y duda
34. La azafata. Erotismo e insatisfacción
35. El reencuentro. La recuperación del vínculo
36. La camarista. Diversidad erótica
37. La masajista. Circunstancia y prostitución
38. “Los tibios”. Diferencia e inadecuación
39. La ahijada. Lencería y ambición
40. Tempus fugit. Fatuidad y desdén
41. Duda y oportunidad. Represión y logro
42. El cuarteto. Varianza y satisfacción
43. Los subrogados. Disfunción sexual y asistencia
44. Los vecinos. Deseo liberado e inagotable
45. El rapto. Engaño, curiosidad y placer
46. Compulsión sexual. Distorsión erótica
47. La disidencia. Resentimiento e infección
48. Los artesanos. Experiencia circunstancial
49. Emulación y divertimento
50. Diez por ciento. Solipsismo y sociopatía
51. La fantasía del poder
52. La venganza. Resentimiento y abandono
53. La porrista. Experiencia deportiva
54. La anfitriona. Belleza y servicio
55. Las sorpresas. Evocación y realidad
56. Leo, Vale y Carlo. Regreso del pasado
57. El jacuzzi. Anhelo y posibilidad
58. La deuda. Dispendio y deseo
59. Buenas vibras. Comparación y recuerdos
60. Dulces tentaciones. Varianza y apertura inesperadas
61. Aventuras del amor libre. Soledad y disposición
62. La piscina. Identidad e individualidad
63. Búsqueda incesante. Realidad y resignación
64. Foto colectiva. Desnudez y fantasía
65. La lista. Deseo y razones
66. El desquite. Necesidad y resentimiento
67. El retraso. Oportunidad y desilusión
68. El tranvía. Erotismo cotidiano
69. Y tú, ¿ya has recibido? El efecto simultáneo
70. Invitación inusual. Adaptación y eficacia
71. A queer festival. Incomodidad y descontrol
72. Identidad hermafrodita
73. Seducción o vínculo. Sensación y promesa
74. En confianza. Honestidad y sinceridad

Epílogo

Referencias